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LA ENCINA DEL GATO

ENCINAS SINGULARES

AUSINA

AUSINA

foto: Bárbara Salvá. Panoramio

finca S´Arangi-Menorca

 

Joven Ausina,

larga será tu vida.

corta fué la mia.

No llores...por mí.

...........

No te tengo envidia.

 

Petravila

L´ausina d´algendar.  Foto: Panoramic . Autor : Bárbara Salvá

 

La encina es vista como un medio de comunicación entre cielo y tierra.

 

La vista como un medio de comunicación entre cielo y ti

 

 Abrahán recibió una comunicación divina estando en el encinar de Mambré, allí donde tuvo lugar la escena de la risa de Sara a escondidas en la tienda.

El vellocino de oro colgaba de un roble como si fuera éste un lugar sagrado (templo).

Emblema de hospitalidad para los celtas, símbolo de fuerza a los ojos de los hombres, pero de debilidad ante la naturaleza para los chinos.

Atributo de Cibeles y de Silvano, así como del griego Fileo y su felicidad conyugal.

Protectora es la vieja encina que, a punto de caer, fue apuntalada por Reco y salvó la vida de las Hamadríades, ninfas de encinas y robles.

Dicen que los druidas —se conjetura si esta palabra significa «hombres robles»—solían comer bellotas antes de profetizar;

sabido es que su dios Tento estaba representado en forma de roble.

En la Edad Media, por considerar que la madera de encina era imputrescible, simbolizó la inmortalidad.

Es emblema del heroísmo en Alemania, en donde una corona hecha de hojas de encina sustituyó a la de laurel.

 

 

LA ENCINA DE OTERO

LA ENCINA DE OTERO

foto: bierzonatura.blogspot.com

 

La Encina de Otero, también conocida como "Xardón del Peruchín",

es uno de los árboles monumentales más significativos

de la comarca del Bierzo.

Situada junto al cementerio del pueblo de Otero,

en el paraje conocido como "El Peruchín" .

 

Altura 20,5 m

Diámetro de la copa 24 m
Perímetro de la cepa 8 m

LA ENCINA DE AMBITE

LA ENCINA DE AMBITE

 

 

 

LA ENCINA DE LAS LÁGRIMAS

FOTO: lospaseosderitaco.blogspot.com

VUELVO A LA ENCINA

VUELVO A LA ENCINA
 
Hay tanto que no queda.

Tantas lunas que a veces me asustaron.

Y tanto quedó allí, junto a la encina.

Si la Naturaleza es sabia

como dicen,

si alguna vez guardó tu rostro,

yo te busco.

Y, aunque este frío me hiela los labios,

te llamo,

le llamo beso al aire.

Quiero pensar que estás en esta lluvia,

que veo tu mano en cada flor,

en la raíz del árbol,

sobre mi pie cansado.

Quiero pensar que estás en esta piedra,

toco la piedra,

toco un nombre que apenas leo.

Derramo una lágrima.

Vuelvo a la encina.

Espero.

Nieto, Pepa

 

 

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