VUELVO A LA ENCINA
Hay tanto que no queda.
Tantas lunas que a veces me asustaron.
Y tanto quedó allí, junto a la encina.
Si la Naturaleza es sabia
como dicen,
si alguna vez guardó tu rostro,
yo te busco.
Y, aunque este frío me hiela los labios,
te llamo,
le llamo beso al aire.
Quiero pensar que estás en esta lluvia,
que veo tu mano en cada flor,
en la raíz del árbol,
sobre mi pie cansado.
Quiero pensar que estás en esta piedra,
toco la piedra,
toco un nombre que apenas leo.
Derramo una lágrima.
Vuelvo a la encina.
Espero.
Nieto, Pepa
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