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LA ENCINA DEL GATO

DRUIDAS, LOS QUE CONOCEN LA ENCINA

DRUIDAS, LOS QUE CONOCEN LA ENCINA

foto panoramio. Autor: Bárbara Salvá

Cami reial Ferrerias- Menorca

 

 

                LA ENCINA:  ÁRBOL SAGRADO DE LOS CELTAS.

 

 

               ETIMOLOGIA DE LA PALABRA CELTA:  DRUIDA  

                     " LOS QUE CONOCEN LA ENCINA "

                              DERU . ENCINA

                               WID:  SABER, CONOCIMIENTO

 

La encina, paisaje de la historia

Desde los albores de los tiempos y hasta la Edad Moderna, la Península Ibérica estaba cubierta por un casi impenetrable bosque dominado por encinas, que albergaba también alcornoques, quejigos y otros robles. Bajo estos árboles crecían jaras, lentiscos, retamas, madroños, labiérnagos, cantuesos, etc., conjunto al que se denomina bosque mediterráneo.

La encina fue, junto con el roble, un árbol sagrado en el mundo mediterráneo. Los celtas totemizaron a la encina, la llamaron Kaërquez, árbol hermoso, que hoy bajo la versión latina de Quercus da nombre científico a este mítico árbol.

Según la leyenda, en la cultura celta los druidas (sacerdotes y sabios de los árboles) danzaban en sus rituales alrededor de las encinas. Símbolo de justicia y fuerza, este árbol formaba también parte de ciertos ritos y creencias a los que los griegos se encomendaban para el conocimiento de lo divino y de lo humano.

Los romanos, por su parte, consagraron la encina a Júpiter, pues la consideraban símbolo de constancia y fidelidad. Y en la obra más importante sobre la agricultura y los montes de la España musulmana, el "Libro de Agricultura", del sevillano Abu-Zacaría, se dice hay de varias clases: de bellota larga y corta, dulce y amarga.

La encina es un árbol silvestre que nace de suyo en montes entre piedras y en terrenos duros y no duros... y se hace más corpulenta en tierra donde hay agua. Describe asimismo la encina de bellota dulce, con la que se puede hacer pan. Durante siglos, este árbol ha supuesto un magnífico ejemplo de relación armónica entre la naturaleza y el aprovechamiento por el hombre; en los períodos de hambre fue sustento básico, significando en algunos casos la supervivencia de muchas familias.

La encina es, al margen de sus significados simbólicos y culturales a lo largo de la historia y de su aprovechamiento prosaico, uno de nuestros árboles más longevos y hermosos. Ejemplares notables por su tamaño y edad se pueden encontrar en Lecina, que da nombre al pueblo, o Rebollar, ambos en Huesca; la "carrasca de Miramón" en Sigües (Zaragoza) y la "carrasca de Casa Inserte" en Mora de Rubielos (Teruel) Cerca de Peracense, también en Teruel, existe una encina a la que las gentes del lugar atribuyen 1.300 años de vida.

Otras impresionantes encinas son la de Culla (Castellón), la de las tres patas en Mendaza (Navarra), la de Mas de Borbó en L´Aleixar (Tarragona), la de Garai (Vizcaya) y la de Alcoy (Alicante), una encina centenaria situada en una masía a las afueras de la ciudad.


 

 

 

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